La primera
ley dice que la energía puede transformarse de una
clase en otra, pero no puede destruirse. Por ejemplo, la energía de la
luz se transforma en materia orgánica (leña), que a su vez se transforma en
calor (fuego) y luz; el calor se puede transformar en energía de¡ movimiento
(máquinas a vapor); ésta en luz (dinamo que produce electricidad), y así
sucesivamente.
La segunda ley dice que al pasar de una forma de energía a otra (energía mecánica a
química a calor y viceversa) hay pérdida de energía en forma de calor.
Cualquier cambio de una forma de energía a otra produce pérdidas por calor. De
esto se deduce que un ecosistema no puede ser autoabastecido de energía en el
corto plazo y que todos los procesos naturales son irreversibles en cuanto al
flujo de energía, es decir, el flujo de energía sigue una sola dirección.
De toda la energía
solar que llega a la superficie terrestre, sólo una pequeña parte, entre un
0,1% y 1% se incorpora a los organismos productores o autótrofos.
A partir de esta entrada de energía solar comienza un flujo unidireccional de energía a través de todos los organismos de un ecosistema, que fluye desde los organismos autótrofos hasta los heterótrofos, hasta que finalmente se disipa en el medio ambiente.
A partir de esta entrada de energía solar comienza un flujo unidireccional de energía a través de todos los organismos de un ecosistema, que fluye desde los organismos autótrofos hasta los heterótrofos, hasta que finalmente se disipa en el medio ambiente.
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